Verdad Escrita. |10|06|2024|
Según un informe de la Defensoría del Pueblo sobre el trabajo infantil y adolescente en Bolivia publicado a fines de 2023, de 3 millones de niñas, niños y adolescentes que hay en el país, de entre 5 y 17 años, más de 700 mil realizan alguna actividad laboral. Muchos lo hacen en condiciones de explotación.
Después de La Paz y Santa Cruz, Cochabamba es el departamento con más niños y adolescentes trabajadores.
Testimonios
Jorge, un adolescente de 13 años que trabaja como lustrabotas, asegura que diariamente debe recorrer las calles del centro de la ciudad de Cochabamba buscando clientes para ganar algo de dinero que le permita ayudar a su madre, hermanos menores y pagar los gastos de su educación.
«Como paso clases por la tarde, por la mañana salgo a lustrar (…) gano 15, 20 o 30 bolivianos, hay días que me va bien. Yo le ayudo a mi mamá que no gana mucho, porque vende fruta», contó Jorge.
Mientras Cesar, un niño de 10 años, aseguró que trabaja de voceador sólo cuando acompaña a su madre que se dedica a la venta de alimentos y lo que gana lo invierte en sus hermanos menores para la escuela.
Edad para trabajar
Según el Convenio sobre la edad mínima firmado en la Conferencia General de la Organización Internacional del Trabajo en 1973, la edad mínima para trabajar es de 14 años. Sin embargo, la normativa en Bolivia permite el trabajo desde los 10 años previa autorización de los padres y trámite en instancias correspondientes.
El artículo 129 de la Ley 548 del Código Niño, Niña y Adolescente señala que son las Defensorías de la Niñez y Adolescencia las que deben autorizar “la actividad laboral por cuenta propia realizada por niñas, niños o adolescentes de 10 a 14 años, y la actividad laboral por cuenta ajena de adolescentes de 12 a 14 años, siempre que ésta no menoscabe su derecho a la educación, no sea peligrosa, insalubre, atentatoria a su dignidad y desarrollo integral”.
Asimismo, el artículo 129 establece que la solicitud de permiso para el trabajo de un niño y adolescente debe ser respondida por las defensorías en 72 horas, previa valoración socioeconómica y registro en el Sistema de Información de Niñas, Niños y Adolescentes (Sinna).
Autorización de trabajo
De acuerdo con el jefe de la Defensoría de la Niñez y Adolescencia de la Alcaldía de Cochabamba, Fernando Meneses, sólo en casos excepcionales puede autorizarse que un niño o una niña puedan trabajar desde los 12 años.
“Se realiza una valoración, se verifica que el trabajo sea acorde a la salud del niño, niña o adolescente, su constitución física, que no dañe su integridad física o mental, además que no le prive del derecho a estudiar y reciba un salario justo y los beneficios de la Ley General del Trabajo”, precisó.
El funcionario aseveró que para que un niño de 12 años obtenga una autorización para trabajar, sus padres deben estar imposibilitados, ya sea por discapacidad o enfermedad.
El Ministerio de Trabajo es la instancia que otorga a las defensorías de los municipios los formularios de autorización de trabajo, pero ellos no se encargan de evaluar a los niños y adolescentes y extender las autorizaciones, indicó la jefa departamental de trabajo en Cochabamba, Cinthia Lozada.
Los requisitos son la presentación de una autorización escrita por la madre, padre, tutos o tutora; croquis del domicilio; factura de luz; cédula de identidad del menor, del tutor y del empleador; certificado médico y socioeconómico, etc.
La funcionaria dijo que muchos empleadores contratan adolescentes con la finalidad de pagarles menos.
Los adolescentes son captados por redes
La Defensoría de la Niñez y Adolescencia de Alcaldía de Cochabamba atendió en 2023 ocho casos de explotación laboral infantil, y este 2024, sólo uno.
Según la directora de Género y Generacional de la Alcaldía de Cochabamba, Tatiana Herrera, en los operativos preventivos que realizaron detectaron que algunas agencias de empleo incurrieron en la contratación de menores de edad sin autorización de trabajo.
“Muchos adolescentes llegan de las áreas rurales y de otros municipios debido a que huyen de sus domicilios porque perdieron el año en el colegio o porque son víctimas de violencia familiar, y son captados y explotados laboralmente (…) Las adolescentes son captadas por redes sociales con la oferta de un empleo como modelos”, añadió.
Uno de los casos recientes de explotación laboral que atendió la Defensoría tiene que ver con un negocio de venta de limonada, en el que algunos adolescentes no recibían una remuneración y otros tenían un salario bastante bajo.
Fuente: Los Tiempos