Verdad Escrita. |29|10|2024|
La Autoridad de Regulación y Fiscalización de Telecomunicaciones y Transportes (ATT) informó este lunes que las pérdidas económicas del transporte terrestre, a causa de los bloqueos del ala evista del Movimiento Al Socialismo (MAS), continúan en ascenso y superan los Bs 22 millones.
“Hay que actualizar las cifras, hablamos de un daño económico, específico y directo al transporte interdepartamental de pasajeros, de 22.103.715 bolivianos”, detalló Néstor Ríos, director ejecutivo de la ATT.
Transporte
Esta pérdida económica se representa en más de 164.000 pasajes no vendidos en las terminales de los departamentos más afectados.
Desde hace 15 días, los sectores afines a Evo Morales realizan una decena de bloqueos, principalmente en el departamento de Cochabamba, afectando la transitabilidad en las carreteras. Varias terminales debieron suspender las salidas o tomar rutas alternas que provocan que los pasajeros prefieran no viajar o tomar el transporte áereo.
De acuerdo con Ríos, la pérdida de Bs 22 millones es exclusiva al sector del transporte terrestre interdepartamental. Señaló que, si se toman en cuenta las afectaciones a todos los sectores, el daño económico crece.
En su criterio, la afectación al transporte tiene “un impacto indirecto en los servicios del país”, como el comercio, por ejemplo. Según el último dato del Gobierno, los bloqueos causaron más de $us 1.300 millones de pérdidas.
Quiebra
Por ello, el director de la ATT pidió a los bloqueadores cesar en su medida de presión, pues algunas empresas de transporte podrían entrar en quiebra.
“La economía de los actores interdepartamentales puede estar sujeto a una situación tan crítica que pueden entrar en una quiebra, una repentina pérdida económica”, alertó.
Sin embargo, los puntos de bloqueo se radicalizaron tras el atentado contra Morales.
Debido a que continúa la medida de presión, Ríos afirmó que la ATT intensificará los controles en las terminales terrestres para que las empresas no eleven los precios y los pasajeros no sufran abusos.
Fuente: La Razón