Verdad Escrita. |27|08|2024|
El Movimiento Al Socialismo (MAS), liderado por Evo Morales, no ha demostrado el consenso interno que el Órgano Electoral le había exigido y, en consecuencia, ya sabe que no contará con la supervisión de veedores del Tribunal Supremo Electoral (TSE) cuando el 3 de septiembre desarrolle su congreso.
Y al interior del “evismo” del partido azul hay bronca. A los militantes enfilados detrás de la figura de Evo les ha caído muy mal la confirmación compartida ayer por el presidente del TSE, Oscar Hassenteufel, sobre el “no” rotundo que han recibido en torno a la petición de supervisión.
Es por ello que han resuelto cargar tintas y direccionar todo su arsenal en contra de dicho ente, al que le han avisado que celebrarán su encuentro sí o sí, con veeduría o no.
“Si supervisan o no, va adelante el congreso este 3 de septiembre, pero quiero decir, que seleccionen los siete vocales del TSE, supervisen este congreso. Y lo he dicho, con ustedes vamos a resolver en las calles sobre el caso del congreso del 3 de septiembre”, fue el aviso fuerte dado por el ejecutivo de la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos (Csutcb) “radical”, Ponciano Santos, que en conferencia de prensa, de paso, se animó a convocar al movimiento indígena, campesino originario, interculturales, mineros y transportistas a “unirse” ante la crisis económica mediante posibles protestas.
El propio Morales lanzó la advertencia. “El TSE tiene la última oportunidad de revisar el fallo y garantizar la supervisión del congreso del MAS-IPSP. El 3 de septiembre, con supervisión o sin supervisión (del TSE), se va a realizar el congreso y ahí (las bases) tomarán decisiones. Si toman decisiones de movilización, no le echen la culpa a Evo ni a otros dirigentes”.
El viernes pasado se conoció sobre el rechazo del TSE hacia la supervisión al congreso, puesto que el MAS no ha cumplido con el artículo 13 de su estatuto, mismo que establece la existencia de una coordinación entre las organizaciones sociales que componen el partido.
Mientras tanto, el tiempo apremia y el masismo es consciente de ello, considerando que hay un plazo inamovible para que oficialice su nuevo directorio: el 5 de septiembre. Si no lo hace, las cosas se le complicarán mucho y podría ser sancionado por el ente electoral.
Los desencuentros internos entre el “arcismo” y el “evismo” han incidido en la falta de consenso y ello se ha evidenciado, por ejemplo, en el desarrollo paralelo de congresos en el Trópico y El Alto.
Fuente: Opinión – Diario de Circulación Nacional