
Verdad Escrita. |29/05/2025|
La desesperación se apodera del sector apícola tarijeño ante el incumplimiento de compromisos por parte de la Empresa Boliviana de Alimentos y Derivados (EBA). A pesar de los acuerdos para adquirir miel local, los resultados son inexistentes: grandes volúmenes de producción permanecen almacenados sin comercializar, y el precio ofrecido por EBA (32 bolivianos por kilo) ni siquiera cubre los costos básicos de producción.
Eugenia Tejerina, productora local, ejemplifica el problema: EBA prometió comprar 100 toneladas de miel, pero solo adquirió 30 toneladas correspondientes a la cosecha 2022-2023. La producción de 2024 y lo que va de 2025 sigue sin ser recolectada. Paralelamente, los insumos se han encarecido drásticamente: la cera pasó de 700 a 1.400 bolivianos, y vitaminas o antiparasitarios registran aumentos similares, ahogando la rentabilidad.
Precio injusto y distorsión del mercado
Los apicultores calculan que el precio justo debería ser de 120 bolivianos por kilo para reflejar los altos costos de producción y mantenimiento de colmenas. En lugar de ello, EBA –que teóricamente debería facilitar el acceso al mercado– ha terminado por convertirse en un obstáculo. Los productores denuncian que la empresa opera como un monopolio: fija precios unilateralmente sin margen de negociación, profundizando la crisis.
A esto se suma la crítica al Gobierno Departamental por excluir la miel local de las compras estatales para programas sociales (como la canasta alimentaria de adultos mayores y personas con discapacidad). Los apicultores señalan trabas burocráticas en licitaciones –donde errores mínimos en formularios anulan sus propuestas– y ausencia de voluntad política para priorizar la producción regional: «No hay interés en apoyarnos, solo ponen obstáculos», concluye Tejerina.
Redacción: Gustavo Aguilar